Han pasado cosas muy curiosas últimamente, y creo yo que se ha debido a que desde abril a la fecha me he puesto (y junto a otros pastores nos hemos puesto) más serios en cuanto a la integridad del carácter. Al estar reflexionando en cuanto a que el Carácter es primero y el Ministerio va segundo, hemos logrado re-contactarnos con algunos pastores con el fin de ser transparentes y rendirnos cuentas mutuas.
Aunque todavía no hemos logrado firmar un pacto y decidirnos a juntarnos una vez al mes, aún así hemos tenido buenas conversaciones y hemos sido sinceros en nuestras apreciaciones.
Además, yo por mi parte, he hecho dos o tres buenas cosas: 1) He organizado un desayuno todos los viernes con un grupo de 5 hombres en donde, aparte de comer, estamos estudiando el libro El Hombre Guía de Steve Farrar. Ha sido un tiempo súper edificante. 2) He ampliado el grupo de líderes de Ágape de tres a seis y he puesto más énfasis en el liderazgo masculino de la iglesia. Eso no quiere decir "machista", pero es imprescindiblemente sano para una iglesia tener hombres líderes fuertes e íntegros. 3) Me he comprometido a cuidar de estos seis hombres por lo menos comiendo con ellos a solas una vez al mes. Ese tiempo ha sido muy bueno para conocerlos mejor y sentirme yo mismo animado.
Por estas cosas es que ha sido raro ver que con personas que no tenía contacto por tres, cuatro o hasta cinco años, en este último tiempo, providencialmente, hemos tenido con algunos conversaciones o contactos superficiales, y con otros un tiempo profundo de pedirnos perdón y sanar heridas. ¡No me lo esperaba! pero ha sido una señal poderosa de parte del Señor, de que cuando uno se pone serio en lo que verdaderamente vale la pena, él comienza a barajar el naipe de una manera asombrosa.
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