Saturday, May 30, 2009

Una nueva manera de rezar el Padre Nuestro.


La nueva manera de rezar el Padre Nuestro es usando las diferentes partes del cuerpo.
Padre nuestro que estás en el cielo, LA CABEZA.
Santificado sea tu nombre, LA BOCA.
Venga tu reino, LOS HOMBROS, LOS BRAZOS Y LAS MANOS.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, EL CORAZÓN.
Danos hoy nuestro nuestro pan de cada día, EL ESTÓMAGO.
Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, LA ESPALDA.
Y no nos dejes caer en tentación, LAS CADERAS Y GENITALES.
más líbranos del mal, LAS PIERNAS.
Amén.
Cada semana estaré predicando acerca de cada una de estas peticiones.  Ya comencé con la cabeza el domingo pasado.  El Padre Nuestro que está en el cielo se une a nosotros a través de la cabeza primeramente, el pensamiento, el raciocinio, la imaginación, las ideas.
Santificamos el nombre del Señor con la boca.  Hay tanto que decir acerca de la manera que hablamos.
La única manera que el reino de Dios venga a esta tierra es que cada uno de nosotros, los ciudadanos del mismo, lo traigamos.  Tenemos que ponerlo sobre nuestros hombros y luego extenderlo al mundo con el trabajo de nuestras manos.
Su voluntad debe dominar nuestro corazón para que en cada latido y bombeo de sangre, su voluntad inunde cada milímetro de nuestro cuerpo y la cumplamos.
Cuando hablemos del pan nuestro de cada día, no sólo hablaremos del estómago, sino de todo el cuerpo que se nutre o se destruye por nuestra manera de comer.
Las deudas que tenemos, o las ofensas que hemos causado, son como peso en la espalda.
La tentación la centramos en la zona genital y privada, pero no es sólo lo sexual, ya que en esa área los hombres tenemos los bolsillos y las mujeres cuelgan su cartera.  Allí tengo las llaves de mi auto que a veces se transforma en tentación. Mi llavero, símbolo de mis posesiones, mi casa, mi oficina, mis bienes.  Guardo mi teléfono móvil que a veces me lleva a caer en tentación y en el bolsillo trasero guardo mi billetera que me recuerda de mi dinero que es una gran causa de tentación.
Finalmente, líbranos del mal, nos miramos las piernas y los pies, porque Dios usará nuestras extremidades para sacarnos de los malos caminos.
Te garantizo que la serie de sermones estará buenísima. La puedes escuchar en nuestro sitio de internet.