Friday, January 30, 2009

En la cocina, sirviendo al mundo.

Existimos como Iglesia para que la gente AME A DIOS, AME A LOS DEMÁS Y SIRVA AL MUNDO.  En la sala amamos a Dios, en el comedor amamos a los demás y en la cocina servimos al mundo.

Hoy hablaremos acerca del servicio.

Mike Ellingsen, el pastor de Parkcrest-Lakewood, me ilustró este proceso de ir de la sala al comedor y del comedor a la cocina con la metáfora del celular. “El teléfono celular me da mal servicio”.

            1º- Conectamos el enchufe (Conexión con Dios en la sala de su casa el domingo).

2º- Cargamos las pilas (En los grupos pequeños, el comedor de la casa de Dios).

3º- Usamos el teléfono (Servimos al mundo).

 

Efesios 4.11. Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.

Debemos entender que “la obra de servicio” en la iglesia no es solamente deber del personal pagado en la iglesia.  Según Efesios 4, la obra la tienen que hacer los del pueblo de Dios, los miembros de la iglesia, y los “constituídos” por Dios en los dones del ministerio tienen el deber de capacitar a los fieles.

Uno de los conceptos más equivocados que tiene la gente en las iglesias es que hay en ella un escalafón, o escalones, en donde unos están más arriba que los otros y que uno debe empezar en la iglesia limpiando, aseando, luego dando la bienvenida, recogiendo la ofrenda, luego hablando o orando en público, después dirigiendo un grupo, luego teniendo un cargo, ser diácono, luego ser anciano o dirigente y finalmente llegar a ser pastor, el título máximo.  En algunas iglesias el pastor puede seguir ascendiendo para ser pastor de zona o de iglesias hijas, luego obispo, arzobispo, superintendente, profeta, apóstol y si fuéramos católicos, papa.

La iglesia no es una pirámide.  Los de arriba oprimen a los de abajo.

La iglesia no es un gobierno terrenal. No puedes ascender en una carrera política.

La iglesia no es una democracia. No se vota por los líderes.

Y si alguno tiene alguna duda en cuánto a cuotas de poder dentro de la iglesia, lea Marcos 10.42-45

La cabeza de la iglesia es Jesucristo y él la gobierna a través de líderes llenos del Espíritu Santo.  Hechos 15.28.

Su labor como miembro del cuerpo de Cristo es estar siempre orando por los líderes para que ellos tomen decisiones con el Espíritu Santo.

Si usted está en desacuerdo con las decisiones de los líderes debe conversar con ellos, no con los demás miembros.  Si la respuesta que le dan no le deja satisfecho, deber orar con el Jefe, entonces el Jefe cambiará el corazón de los líderes, o cambiará a los líderes, o cambiará su propio corazón.  Debemos confiar en la dirección del Espíritu, no en la mayoría de votos.

Los líderes de la iglesia deben ser ejemplo de servicio como lo dijo Jesucristo.  Los líderes no tienen privilegios ni títulos especiales.  El máximo título al que debemos aspirar es el que Jesús señaló en una parábola: Por cuanto todo lo has hecho eres un “Siervo Inútil”.  Los líderes deben vivir una vida de humildad y de servicio.  No debemos tener asientos diferentes, ni estacionamientos reservados, el único privilegio es servir.

Un político visitó una iglesia que tenía muy claro este concepto.  Al momento de la comida después del culto quiso saltarse la cola para recibir la presa de pollo, la señora encargada lo mandó a hacer fila como todos los demás.  Él le dijo, “señora, ¿usted no sabe quién soy yo? Soy el candidato a alcalde de la ciudad.  Ella le respondió “mucho gusto, yo soy la señora que reparte el pollo así es que vaya a ponerse a la fila”.

¿Cómo se gana la autoridad espiritual?  Sirviendo.

Si tú llegas a la iglesia y yo te doy la bienvenida con amor, con cariño.  Me preocupo de ti, te visito a tu casa, me comunico contigo, te ayudo con consejos, te voy a ver en una crisis, etc. quiere decir que te he servido.  Cuando llegue el momento de enseñarte una verdad bíblica tú me vas a respetar, no porque yo sea el pastor solamente, sino porque primero te serví, estuve contigo en los momentos más difíciles, por lo tanto me gané la autoridad espiritual sobre tu vida. 

La Biblia nos aconseja respetar y honrar a los pastores porque nosotros daremos cuenta ante el Señor del rebaño que él nos encomendó.  Por algunos tendré que decir: Señor, perdóname porque a esa oveja la descuidé y no la atendí como debía.  Por otros tendré que decir, Señor estoy orgulloso de este porque ha escuchado todos las enseñanzas y las ha puesto por obra y ha crecido contigo. Y por otros le tendré que decir al Señor: lo he amado, lo he servido, le he ayudado en los momentos difíciles, lo he regañado, lo he abrazado, y sin embargo, Señor, no quiere entender, sigue rebelde, así es que, Señor, yo me lavo las manos.

Así es que esto debe quedar claro: los que sirven en la iglesia cumplen con el llamado del Señor y no debemos jactarse de su servicio.

Entonces Dios puso todos estos ministerios en la iglesia, según Efesios 4, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio.  En otras Biblias habla de capacitar para la obra del ministerio.  La palabra servicio es la misma que ministerio.

Un ministro es un servidor.  Un ministro de estado es un servidor del presidente.

Esta palabra en griego es diakonía.  De allí viene la palabra “diácono”.  Un diácono es un servidor. Viene de “dioko” que significa correr, o sea “ir a los mandados, a los encargos”.

Es uno que ejecuta las órdenes de otro.  Es un siervo, un junior, un goma, un mil usos.

También se le llamaba diácono al remador de una galera.

Es una buena ilustración para la iglesia como un barco.  Algunos estarán en la cubierta sirviendo, otros estarán en la cabina de mando con el timón.  Otro estará en el palo mayor mirando la dirección que lleva el barco, y otros estarán remando allá abajo, o si fuera un barco moderno, en la sala de máquinas.  Los únicos que tiene derecho a tomar el sol sentados en cómodas sillas sirviéndose una piña colada virgen son nuestros invitados que están recién conociendo al Señor y a su iglesia.  Todos los demás debemos estar en nuestro puesto de servicio.

Cada uno debe servir en su don.

Yo, por ejemplo, sirvo como pastor porque mi don es pastorear, dirigir y enseñar.  Yo no puedo servir como director de deportes porque nunca he sido deportista.  Podría servir en la música, de emergencia, pero mi don principal es escribir, enseñar, predicar.

Y realmente pararse delante del público y hablar tiene que ser un don, porque se ha descubierto que una de las mayores fobias que tienen los seres humanos es hablar en público.  Preferirían morir antes que hacerlo.

Piensa en las cosas que eres bueno para hacer.  Te voy a dar un minutito para pensar en qué eres bueno para hacer.  Ahora dile a alguien que no sea de tu familia para qué eres bueno.

Yo les animo a ahondar su don.  Puede ser arte, computación, cocinar, limpiar, enseñar, mecánica y manejar, deportes, escribir, electricidad, etc.  lo que sea, úsalo para el reino de Dios.

Ahora te voy a presentar las diferentes áreas de servicio en la iglesia.  Únete a una de ellas.

AMAR A DIOS: Culto del domingo.

-          Visión y enseñanza: Fernando Soto.

-          Alabanza: Sean Grace.

-          Liderazgo: Abel G., Gmo. Merlo, Carlos Molina.

-          Niños y Cuna: Yvonne Martínez

-          Sonido y Computadora: Joe Romualdo.

-          Santa Cena: Sonia Escobar.

-          Traducción:

-          Curso Los Navegantes: Efraín y Julia Serrano.

-          Ofrenda y tesorería: Juvenal Anguiano.

-          Librería: Guillermo Merlo.

AMAR A LOS DEMÁS: Grupos Levadura.

-          Long Beach: Jesús Hernández .

-          Downey norte: Maricela Rodríguez.

-          Downey sur: Mariana Jacho.

-          Jóvenes Ágape: Karlo Soto.

-          Norwalk: Carlos Molina.

-          Lakewood: Julia Serrano.

-          Cerritos: Yolanda Acosta.

SERVIR AL MUNDO: Ministerios de servicio.

-          Encuentro Matrimonial: Guillermo y Judith Merlo.

-          Misericordia y evangelismo: Jesús y Angelina Hdez.

-          Café Bon Apetit: Enrique y Yesica Olmos.

-          Bienvenida: Iván y Maricela Rodríguez

En los ministerios de servicio puse como el principal al Encuentro Matrimonial porque es por medio del cual salimos de los muros de la iglesia a un hotel y servimos con sacrificio y alegría durante dos o tres fines de semana al año a un grupo de parejas con el fin de que reaviven su relación y a la vez se acerquen a Jesucristo.  Por medio de este ministerio de servicio es que la iglesia ha crecido.

Algunos se preguntarán por qué el café y la bienvenida es un “servicio al mundo”.  A los cristianos maduros y comprometidos no les interesa si hay café o no antes del culto, tampoco les interesa si les saludan o no.  Ellos están a otro nivel.  Es por esa razón que tener un buen café y dar una calurosa bienvenida, si bien es cierto incluye a todos, se hace con el fin de que los nuevos sean servidos e impactados con el amor y las atenciones al llegar a “la casa de Dios”.

Aquí termino esta serie de sermones.  Espero que con esta ilustración simple hayan podido entender mejor la labor que Dios quiere que hagamos en el mundo.

Friday, January 23, 2009

Colección de bastones.

En 1999, vivía entonces en Virginia, fui invitado a predicar a una convención en Eagle Pass.  Un día crucé la frontera a Piedras Negras a comprar souvenirs y me dieron muchas ganas de comprar un bastón tallado, muy bonito.  No lo hice.  Al llegar a casa le conté a Nona y me preguntó por qué no lo había comprado, le contesté que me dio vergüenza andar por ahí con el bastón, pero le confesé que siento una gran atracción por los bastones, los encuentro distinguidos, pienso en aquellos años a principios del siglo XX en que se usaban como símbolo de elegancia, los relaciono con la madurez, la edad, la sabiduría, la calma en el caminar.  Pues bien, Nona me animó y me dijo que la próxima vez que viera uno me lo comprara no más.  Y de allí comenzó mi afición a coleccionarlos.  Como me di cuenta que me podía llenar de bastones, decidí comprarlos o recibirlos de regalo por países (eso sí que de México tengo varios, ya que muchos amigos mexicanos me traen uno cuando andan por allá).  Les cuento esto porque el miércoles, cuando fui a la Iglesia de Anaheim a enseñar una clase, Celia Navejas me regaló un bastón que compró en su visita de "un día" a Cuba.  Me emocioné mucho al pensar que ella, su anciana madre y sus 11 hermanos visitaron la isla por tan poquito tiempo, y sin embargo se acordó de mi y me trajo un antiguo y hermoso bastón.  Paloma me ha traído bastones de Nueva Zelanda, Gabón, China y Kenia.  Amigos me han traído bastones de islas del Caribe, Saint Thomas, etc.  Un amigo le encargó a su patrón, que viajó a Israel, uno para mí. A fin de año Juvenal fue a New Mexico y me trajo uno de una tribu de por allá.  En fin, me cansaría de contarle la historia de mis bastones.  Baste decir que los tengo de Chile, Argentina, Perú (ah!, ese lo tiré a la basura porque cuando lo empecé a ver con detención tenía muchos símbolos de brujería), Ecuador, Colombia, Brasil, Jamaica, Costa Rica, México, Cuba, España, Andorra, Alemania, Italia, Kenia, Gabón, Israel, India, China, Australia, EEUU.  Es posible que se me olvide alguno.  Tengo un bastón que oculta en su interior una espada bastante filuda, tengo otro que oculta un lugar para una botellita (para los viejitos que quieren tomar su alcohol), otro que tiene una cajita para los remedios, otro tiene una brújula.  En fin, mi colección sigue creciendo, ya tengo 41 bastones.

Monday, January 12, 2009

La casa de Dios: En la sala, amando a Dios.


La semana pasada hablamos de que nuestro propósito como Iglesia es que la gente AME A DIOS, AME A LOS DEMÁS Y SIRVA AL MUNDO.  Lo ilustramos con una casa y dijimos que en la sala de la casa Amamos a Dios, en el comedor, Amamos a los demás y en la cocina Servimos al mundo.  Para eso: la sala es nuestro culto de adoración a Dios; el comedor son nuestros grupo levadura y grupos pequeños; la cocina son nuestros ministerios de servicio.

            El conocimiento de Dios y el amor de Dios van de la mano.  Así como crece un bebé en el vientre de su madre, así crece la piel alrededor del vientre.  También, cuando crecemos en conocer a Dios, el amor que envuelve ese conocimiento también crece.

            Hay gente que no ama a Dios o está distanciada de él porque no lo conocen, tienen dudas, preguntas, cuestionamientos.

            El chiste de los perros que iban a copular…

            Lo que hacemos en la sala de la casa de Dios es ayudar a la gente a conocer mejor a Dios para que pueda amarlo más.

            Hoy hablaremos de la primera frase, AMAR A DIOS con la imagen de la sala.

70+% de la gente que visita una iglesia decide si van a volver o no ANTES de que el pastor predique”-Barna Research Group

            El “adorador misterioso” es un grupo de personas que visitan Iglesias en todo el mundo. Tienen unas preguntas estándares que se plantea en cada culto de adoración y son preguntas que las iglesias deberían estarse preguntando frecuentemente.  Después de todo, los invitados estarán preguntándose lo mismo. Las respuestas las publican en internet.

¿Cuán lleno estaba el edificio?  Si alguna vez has llegado antes de que comience el servicio que tiene poquita gente, o si has llegado tarde y la iglesia está repleta, te darás cuenta que la capacidad del edificio influirá en tu adoración.      

¿Te dio la bienvenida alguien personalmente?  No cuenta que te salude la persona que está a cargo de saludar, y tampoco cuenta el tiempo de darse la paz.

¿Cómo describirías la atmósfera antes del comienzo?  ¿La gente conversaba solamente con sus amigos o te incluyeron a ti también? ¿Estaban todos contentos de estar ahí, o tenían tanta reverencia que parecía un funeral?

¿Te distrajo alguna cosa? Algunas Iglesias están al lado de las líneas del ferrocarril, algunos grupos se reúnen en bowling alleys (Boliche).  Un grupo se reunía en un gimnasio de kárate y el olor a sudor era insoportable.

¿Cuál parte del servicio era como estar en el cielo?  ¿Cuál parte era como estar en el infierno? ¿Acaso la adoración no es un preludio de lo que será la eternidad?

¿Qué sucedió cuando te quedaste un rato al final pareciendo que estabas perdido?

¿Cómo describirías el café después del culto?  La mayoría de las iglesias en EEUU se toman el café antes del culto.  El punto es si en ese momento la gente incluye a los invitados o solamente se juntan con sus amigos.

¿Te hizo sentir el culto feliz de ser cristiano/a, o si no eres cristiano, tienes deseos de querer serlo?

¿Qué cosa recordarás dentro de una semana? Con frecuencia uno se acuerda solamente de lo malo que queda en la memoria.

 

            Nuestra meta con la gente que entra a la sala es que AMEN A DIOS. 

1 Corintios 14.23-25.

El apóstol habla de una reunión pública de la iglesia y deduce que las persona que viene por primera vez se puedes llevar una de las siguientes dos impresiones:

a)      Dirán que todos están locos.

b)      Exclamarán: “¡Realmente Dios está entre ustedes!”.

Nuestro objetivo es que la gente se de cuenta que Dios está entre nosotros y ellos mismos quieran ser parte de esta familia.  Juan 14.23 “Haremos nuestra vivienda en él”.

            Veamos algunos asuntos prácticos para hacer de nuestro culto de adoración lo mejor para la gloria de Dios.

            En primer lugar, la celebración del domingo no comienza a las 12.30, sino que comienza el sábado en la tarde.

            Nosotros, en occidente, contamos el día a partir de las 12 de la noche, pero los judíos cuentan el día desde que el sol se pone o cuando aparecen tres estrellas en el cielo.  Esto tiene un gran significado ya que ellos comienzan el día con las sombras, con el descanso, con el retiro tranquilo, con el sueño de la noche y lo continúan amaneciendo y con luz.

            Eso quiere decir que nosotros debemos comenzar el domingo realmente el sábado en la noche, con calma, con descanso.  Desde entonces debemos prepararnos para el día del Señor.  La palabra Domingo viene del latin Domínucus, que significa “del Señor”.  En griego se dice Kiriake, de ahí viene la palabra Kirche, luego Churche y finalmente Church: del Señor (la iglesia).

            Debes decidir las actividades del sábado en la noche para ver cómo te van a afectar el domingo por la mañana.  Cine, fiestas, paseos, trabajos en la casa, etc.  Los judíos celebran lo que llaman el día de reposo y realmente no hacen trabajos ese día y adoran a Dios en comunidad.

            Nosotros los cristianos no celebramos el sábado, sino el domingo, porque en domingo resucitó el Señor, en domingo ascendió a los cielos y en domingo descendió el Espíritu Santo sobre la iglesia. Debemos guardar el domingo como un día especial y debemos comenzarlo, en nuestro espíritu, en nuestra mente, el día sábado.

            Salmo 122.1 y 8.  Si bien es cierto Dios ya no habita en un templo, él se hace presente de una manera especial en el culto del domingo y se sienta con nosotros en su mesa, la mesa del Señor.

            El domingo de celebración lo dividiremos en tres secciones: El antes, el durante y el después:

 

ANTES: para los que ya amamos a Dios.

·         Hacer un fuerte compromiso de asistencia.

·         Llegar mínimo media hora antes para preparar todo.

·         Crear un ambiento cómodo físico.

·         Preparar un ambiente cómodo en las relaciones.

·         Vestirnos informalmente.

·         Tener listos los salones para los niños y los bebés.

·         Velar por la limpieza, especialmente de los baños.

·         Estacionarse lejos para dejar lugar a los nuevos.

·         Todos los letreros en buenas condiciones.

·         Saludar a todos los que no conocemos.

·         Buen servicio de café.

 

DURANTE: para todos los que queremos crecer en el amor a Dios.

·         La enseñanza

o   Estar atentos.

o   Biblia en mano.

o   Tomando notas.

o   Ayudar al invitado con la Biblia y el boletín.

·         Alabanza

o   Sinceridad.

o   Expresión.

o   Devoción.

·         La comunión, Hechos 20.7,  1 Corintios 11.20.

o   Con profundo respeto.

o   Tener intimidad con Dios.

·         La ofrenda, 1 Corintios 16.2.

o   Tenerla preparada desde la casa en un sobre, o apenas llegamos.

 

DESPÚES: para ayudar a otros a amar a Dios.

·         Regla de los 5 minutos: Durante los primeros cinco minutos después del servicio no podemos conversar con nadie que ya conozcamos.

o   Afectuosos.

o   Tratar de salir a comer juntos el domingo (no necesariamente a un restaurante).

o   Planes e invitaciones a grupos pequeños en la semana.

o   Ayudar a guardar y a cerrar el edificio.

Conclusión: Todo esto lo hacemos para que nuestro amor a Dios crezca.  No nos olvidemos que nuestro culto de domingo debe ser una anticipación de la gloria eterna.

Apocalipsis 21.3-4; 22.3-5.

 

-Esas cosas, hermano – comenzó Jesús, tendiéndose en el muelle y cerrando los ojos contra el calor y el brillo del día-, son una imagen de mí y de la mujer de la que estoy enamorado.

            Mack lo miró para saber si bromeaba, pero obviamente no era así.

-Es una imagen de mi esposa, la iglesia: individuos que forma una ciudad espiritual con un río de vida que corre por el centro, y en cuyas márgenes crecen árboles con frutos que sanarán la pena y pesar de las naciones…

-Hablas de la iglesia como de la mujer que estás enamorado; pero yo puedo asegurarte que no la conozco. –Desvió ligeramente la mirada-. Ella no es el lugar al que voy los domingos – Mack lo dijo más para sí que para Jesús, inseguro de si no era riesgoso decirlo en voz alta.

-Mack, eso se debe a que sólo ves la institución, un sistema hecho por el hombre.  Eso no es lo que yo vine a construir.  Lo que yo veo son personas y sus vidas, una comunidad viviente y palpitante de todos aquellos que me aman, no edificios y programas… Todo se reduce a las relaciones, y a compartir simplemente la vida.  Justo lo que estamos haciendo ahora (sólo hacer esto), y estar abiertos y a la disposición de quienes nos rodean.  Mi iglesia se reduce a personas, y la vida se reduce a relaciones.  Tú no puedes construirla.  Es asunto mío, y en realidad soy muy bueno para eso – dijo Jesús riendo.

¡Estas palabras fueron para Mack como una bocanada de aire fresco! Algo simple.  No un montón de deberes agotadores y una larga lista de exigencias, ni asistir a reuniones interminables viendo por atrás la cabeza de la gente, personas a las que en realidad ni siquiera conocía.  Sólo compartir la vida.

(De la novela La Cabaña, de William Paul Young. Páginas 178-179).

Monday, January 05, 2009

La Casa de Dios.

Durante más de una año hemos enfatizado el hecho de que Ágape existe para que la gente tenga una relación con Dios.  La pregunta que me hago hoy es, ¿Cómo debería ser esa relación?  ¿En qué consiste que yo tenga una relación con Dios?  ¿Cómo se demuestra que tenga esa relación con Dios?

            Este año 2009 queremos ser más específicos en cuanto a esa relación y vamos a subrayar constantemente la razón para lo cual existimos como iglesia.

            La iglesia del Señor es como una casa, no estamos hablando del edificio, porque la Biblia dice que Dios no habita en templos hechos por manos humanas, sino que ahora habita en el corazón de las personas.

            La Biblia nos dice que la iglesia es como… y luego agrega una metáfora: Una novia, una esposa, un campo donde se siembra, una familia, un reino, una nación, etc.  Este año vamos a enfatizar que la iglesia es la Casa de Dios.

            Debemos, en primer lugar, conocer los planos de esta casa.  La iglesia no puede ser una organización que tenga fundamentos humanos. La Iglesia Católica tiene por un lado la Biblia, y por el otro a la tradición, que es una fuente humana de autoridad.  Los mormones tienen por un lado a la Biblia y por otro lado el Libro del Mormón, de origen humano.  Los Testigos de Jehová tiene la Biblia por un lado (mal traducida) y por otro las publicaciones de sus líderes desde Russel hasta ahora.  Nosotros sólo tenemos la Biblia, somos una iglesia bíblica.  “Donde la Biblia habla, nosotros hablamos.  Donde la Biblia calla, nosotros guardamos silencio”.  Consideramos la Biblia como el único plano autorizado para construir la casa del Señor.

La casa de Dios no puede tener nombres humanos como luterana, wesleyana, menonita (Aunque Martín Lutero, Juan Wesley y Menno Simons fueron grandes hombres de Dios, siguen siendo humanos y mortales).  No debe llamarse por una característica que tenga: presbiteriana, metodista, bautista, pentecostal.  No debe llamarse por la característica geográfica que tenga: anglicana, romana, griega, siriaca.  La iglesia del Señor tiene nombres y características que están reveladas en la Biblia.  Es por eso que nuestra iglesia es, sencillamente, cristiana, sin apellidos.  Y nos regimos por lo que dicen los planos del Nuevo Testamento en cuanto a su construcción.

            Si no hacemos caso de los planos, entonces vamos a construir algo diferente a lo que Dios quiere que construyamos.

            Dios está construyendo su iglesia, su casa, y nos invita ayudarlo a construir con él.  De eso se trata este asunto de ser cristiano y de “venir a la iglesia”.

1 Corintios 3.9-13.

            Como dice San Pablo, todos somos constructores, algunos pasivos, otros activos.  Todos, de una u otra manera, afectamos la manera en que la congregación se edifica.

Imaginémonos que usted es invitado a casa de alguien que quiere ser su amigo.  Usted llega y ve que el porche de entrada está sucio y que el foco está fundido.  Golpea y siente que hay ruido adentro, pero se tardan en abrir.  Luego usted se siente espiado por el ojo mágico.  Están viendo quién es, y usted se pone medio nervioso.  Finalmente abren, le dan la bienvenida y lo hacen pasar a la sala.  La sala es cómoda, pero un poco desordenada.  Alguien levanta unos zapatos y una toalla del sillón, y le dicen al perro que se acueste en la alfombra.  Hay otros invitados, pero parecen aburridos.  Uno que otro lo saluda.  Hay unos dos o tres que lo miraron de arriba a bajo y no le saludaron  Usted no puede conversar bien porque la tele está prendida y se desconcentra mirando un cuadro que está medio chueco. 

            Al rato le invitan a pasar al comedor, pero usted a estas alturas no tiene muchas ganas de comer allí con esa gente y se disculpa que tiene “un compromiso”.  Le insisten que pase aunque sea a tomarse un cafecito.  Solamente usted y otros dos pasan al comedor.  El mantel está sucio.  Recién comienzan a preparar el café, los demás se quedan en la sala y solamente usted ve que la esposa está afanada en la cocina, nadie la ayuda.  Se nota que tiene mucho que hacer en la cocina.  Finalmente llega el café.  Usted tiene ganas de galletas, pero nadie ofrece, así es que se toma el café así no más.  Se despide apurado y se va de esa casa sin tener deseos de volver.

            Imaginémonos ahora una situación totalmente distinta.  Usted llega a la casa y la entrada está bien iluminada y limpia.  De hecho la puerta está abierta y usted entra con toda confianza.  Ve que en la sala hay varias personas que a los minutos le caen bien, todos lo saludan y la mayoría se aprende su nombre.  Siente usted el aroma de un rico café y de pan o cake horneado.  La casa está limpia, todo está en su lugar, el perro está en el patio y la tele está apagada.  A usted le encanta la conversación, la música y finalmente se sienta cómodamente en el sillón con un refresco en la mano y se cruza de piernas.

            Usted ve que algunos invitados, que son amigos del dueño, constantemente entran y salen de la cocina.  Se nota que están ayudando a su esposa y se oye la pregunta ¿en qué te ayudo? Y también las instrucciones que ella les da.  Finalmente lo invitan al comedor, usted ya tiene hambre y con los olores ricos y el movimiento en la cocina está listo para entrar al comedor.  Pide pasar al baño, se lava las manos.  Se sienta y disfruta una rica comida, una buena conversación, de hecho, hasta usted mismo se sorprende que haya conversado tanto e incluso haya compartido con los demás algo de su vida personal.  Recibe buenos consejos y se le pasa el tiempo volando.

            Usted quedó con ganas de volver.  Acepta la invitación a volver otra vez, pero ya se siente con más confianza y disfruta totalmente la velada. Usted piensa que es mucho mejor estar en esta casa que en cualquier otro lugar.  Al final de la cena usted mismo ayuda a recoger los platos y llevarlos a la cocina.  Se acomide a sacar la bolsa de basura.

            Cuando el dueño de casa le dice que se sienta con la libertad de invitar a sus amigos, usted lo hace de buen gusto y la próxima vez llega derechito a la cocina para ayudar en lo que sea, con tal de que sus amigos también disfruten de la velada.

La casa de Dios es exactamente igual: Tiene una sala, un comedor y una cocina.  Dios quiere que usted se sienta cómodo al entrar en su casa.  Él no quiere que nadie lo expulse de allí, que todos lo saluden, que todos le hagan sentir que usted no es una visita, sino un invitado especial.

            La sala de la Iglesia Ágape es el servicio de adoración de los domingos.  Es a este lugar en donde la gente llega por primera vez a conocer al Señor y a su Iglesia.  Por lo tanto las primeras impresiones serán muy importantes.  Puede ser que la persona no quiera volver porque se sintió incómoda o rechazada.  Pero nuestra labor es que las personas vuelvan una y otra vez a la sala a pasar tiempo con nosotros y con Dios.

            El objetivo principal de estar en la sala de adoración a Dios es para que la gente AME A DIOS.

            Sería triste que la gente venga nada más a la sala y se fuera.  Dios quiere que la gente no sólo le ame a él, sino también que ame a los demás.  Por lo tanto esperamos que la gente pase al comedor.  Allí la reunión será más chica, pero habrá más intimidad, y usted podrá amar a los demás y también sentirse amado/a.

            El comedor de la Iglesia Ágape son los grupos pequeños o grupos levadura.  Allí Dios quiere que la gente AME A LOS DEMÁS.

            Finalmente, si usted ya es un habitante de la casa de Dios, él quiere que usted sirva, que se meta a la cocina, que haga algo por el resto del mundo, así es que la cocina de la Iglesia Ágape son los ministerios de servicio, porque Dios quiere que la gente SIRVA AL MUNDO.

            Todo lo que hagamos en Ágape de ahora en adelante, tiene que estar alineado en estas tres frases: Amar a Dios, Amar a los demás y Servir al mundo.  Queremos que la gente no se estanque en la sala, queremos movimiento, de la sala al comedor, del comedor a la cocina, de la cocina al garaje (para ser enviado) y de la cocina a servir en la sala y en el comedor.

            ¿En qué lugar de la casa del Señor estás tú hoy?

            Si has estado viniendo a la sala por mucho tiempo, te invito a un compromiso más profundo con Dios.  Seguramente tú dices que AMAS A DIOS.        Te invitamos al comedor.  Tenemos grupos pequeños en donde puedes sentarte a conversar con amigos/as que tienen tus mismos problemas y que leen la Biblia para encontrar consejo y soluciones.  No importa tu edad: los niños tienen su grupo pequeño, su comedor, lo mismo que los jóvenes, los músicos, los líderes.  Dios quiere que tú AMES A LOS DEMÁS. 1 Juan 4.20.  Lucas 10.27.

            Finalmente si has estado en la casa del Señor por un tiempo y ya estás participando de un grupo levadura, es tiempo de que comiences a SERVIR AL MUNDO, que entres a la cocina, que te arremangues, que sirvas en algún ministerio con el fin de que otros conozcas de la casa del Señor. 

            Fíjate que la cocina está conectada al garaje.  Desde allí uno es enviado ya sea para otra ciudad, otro pueblo u otra casa, o para ir y volver trayendo todo lo necesario para que la casa funcione.

            El llamado más grande que tú puedes recibir de parte de Dios es “salir” y predicar su palabra.  Para algunos será dentro de Ágape, preparándose y yendo a buscar a los perdidos.  Para otros será ir a las cárceles y los hospitales, a Tijuana, a los homeless, a los drogadictos, al Encuentro Matrimonial.  Para otros será irse de misionero fuera de EEUU o irse a un Colegio Bíblico a prepararse.

            No se nos olvide, esto es simple.  Vamos a construir la iglesia del Señor, vamos a edificar la casa de acuerdo a las instrucciones bíblicas.  Recuérdense que el plano dice que debemos: AMAR A DIOS, AMAR A LOS DEMÁS Y SERVIR AL MUNDO.

            En los próximos domingos estaremos hablando de la sala (amar a Dios), del comedor (amar a los demás) y de la cocina (servir al mundo).