Monday, August 04, 2008

¡Abajo las barreras de separación!

Seguimos con los sermones acerca de la Iglesia Levadura, el domingo hablamos acerca de los prejuicios y las presuposiciones que tenemos. Se me olvidó decir en el sermón un dicho de mi hermana Verónica: El "creí que" y el "pensé que" es pariente del "tonteque". Por ahí va la cosa cuando uno no entiende los planes de Dios.

¡Abajo las barreras de separación!
Hechos 10:9-23; 11:19-24
Introducción: Uno piensa que todo que lo le hace sentido a uno, debe hacerle sentido a todos. “cuyes en Ecuador”, comer “perros en China”, japoneses cazando ballenas y “ofendidos porque algunos comen un ciervo que para ellos es sagrado.”
Muchas veces pensamos que todos deben comer lo que nosotros comemos. Creemos que la estandarización nos llevaría a arreglar todo. La estandarización solamente funciona cuando se refiere a las máquinas. En la variedad está el gusto. No todos tienen que ser como yo, ni comer lo que a mi me gusta.

Veamos qué les pasó en la iglesia primitiva con este problema de definirse quienes eran ellos y a la vez darse cuenta que Dios no quería una estandarización en su reino.
En Hechos 10 Pedro subió a la terraza de la casa en donde estaba para orar un rato antes de que le prepararan la comida. Tenía hambre, y cuando uno tiene hambre uno no piensa mucho acerca de otra cosa que no sea comida. Dios le mandó una visión de una sábana que tenía diferentes tipos de animales…
—Levántate, Pedro; mata y come —le dijo una voz —¡De ninguna manera, Señor! —replicó Pedro—. Jamás he comido nada impuro o inmundo.
Por segunda vez le insistió la voz: —Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro. Hechos 10:13-15.
Toda la vida le habían dicho a Pedro que un verdadero judío no debía comer ciertas comidas, ni siquiera las podía tocar. Nunca había comido tocino, ni langosta con mantequilla derretida, ni coctel de camarones o lazaña rellena de camarones, porque si lo hacía Dios se molestaría, Dios se enojaría con él. Pero ahora Dios le dice: vamos, Pedro, mata y come.
Esto era muy difícil ya que ellos eran aceptados por Dios en relación a la pureza que mantenían en cuanto a los tipos de carne que comían. Algunas, les había dicho Dios en el Antiguo Testamento, eran carnes impuras.
Dios le estaba diciendo con esta visión que esas carnes eran puras ahora.
Pero Dios le estaba revelando algo que iba más allá de la comida, le quería enseñar una lección en relación a otras gentes que los judíos estimaban impuros.
Tres hombres vinieron a buscar a Pedro de parte de Cornelio para que le predicara, ya que había tenido un encuentro con Dios. cuando estuvo con ellos les dijo…

—Ustedes saben muy bien que nuestra ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo. Hechos 10:28.

Los gentiles eran otros, tenían costumbres y comidas diferentes y los judíos no podían juntarse con ellos. Pero Pedro les dice que algo especial había pasado con él y ya no podía considerar extranjeros a los demás. Pedro llega a esta conclusión cuando se relaciona con los gentiles:

Pedro tomó la palabra, y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia. Hechos 10:34-35.
Los judíos se llamaban a si mismo El Pueblo Escogido, los únicos preferidos por Dios. para ellos habían judíos y gentiles, nosotros y los demás. Pero Dios escogería gente de todas las naciones.
Eso está pasando en la iglesia hoy en día. En hechos 10 se rompió esa barrera de separación. Antes era que si no eras como nosotros no eres aceptado con nosotros. Pero aquí en Hechos 10 hay un cambio muy grande en la iglesia: los demás ahora eran aceptados como iguales.
Lo mismo debe pasar en la iglesia hoy en día. Hoy hay un espectro desde los que piensan que todos debemos ser iguales, estandarizados, comer, vestirnos, adorar de la misma manera, y en el otro lado del espectro están los que dicen que tiene que haber variedad y que todos deben ser aceptados. La mayoría estamos en el medio y a veces nos hacemos para un lado o para el otro.
Ahora, ¿Cómo se vería hoy en día una actitud entre nosotros de no llamar a nadie impuro o sucio, y cómo deberíamos hoy en día, en nuestra vida diaria, romper las barreras de separación entre la gente?
Vamos a ver 4 cosas que podemos hacer al salir de aquí:
DEBO RECONOCER MIS SUPOSICIONES.
Esto significa reconocer mis suposiciones, las ideas que siempre he tenido, lo que me han enseñado. Así lo hizo Pedro, él dijo: nunca he comido nada impuro, nada sucio, porque toda la vida he supuesto que eso va en contra de Dios. Hay que ser honesto en cuanto a las ideas que tengo. Dios no nos va a desafiar a cambiar nuestra manera de ser y de pensar a menos que reconozcamos lo que hay en nosotros.
“no soy racista, pero…”, “no me importa como se vista la gente, pero…”, “la gente puede comer lo que quiera, pero…”, “tú puedes tatuarte o perforar tu cuerpo si quieres, pero…” Ese “pero” es el que puede mostrar nuestros prejuicios, nuestras suposiciones que debemos reconocer que las tenemos.
CS Lewis, cuando tenía 7 años va donde su papi y le dice: “Papi, tengo prejuicios contra los franceses”, el papá le responde: “OK hijo, y ¿por qué?”. El niño le contesta: “papi, si lo supiera ya no sería un prejuicio, ¿verdad?”.
Imagínense que brillante, a esta edad, reconociendo un prejuicio, una asunción, una suposición, “me caen mal…”.
Algunos dicen, si todos pensaran como yo e hicieran las cosas como yo las hago, el mundo sería un mejor lugar donde vivir. Asumimos que usualmente tenemos la razón. Suponemos que la cultura en que fuimos criados es la mejor, que la comida que nos enseñaron a comer es la más nutritiva. Un tío de Nona decía que los chilenos tenían mala dentadura, no como los mexicanos que no tienen caries porque comen mucho maíz. Asumimos, suponemos…que deben vestirse de cierta manera, que la corbata, que el turbante, que el escote, etc. A propósito, en algunas culturas africanas las prostitutas usan brasier y las mujeres honradas andan con los pechos al aire, sin nada que esconder.
Tenemos que dejar que Dios nos haga preguntas difíciles y desafíe nuestras suposiciones. Entonces comencemos aceptando que tenemos prejuicios. Debemos preguntarnos si estamos rompiendo barreras de separación y si estamos interactuando con gente diferente a nosotros y les estamos llevando la palabra de Dios, no nuestras suposiciones y prejuicios.
En el capítulo 11 se relata que el evangelio no era solo para los judíos sino que también era para otras culturas, otros pueblos.

DEBO SER TRANSPARENTE EN CUANTO A MI REALIDAD.

Los que se habían dispersado a causa de la persecución que se desató por el caso de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin anunciar a nadie el mensaje excepto a los judíos. Sin embargo, había entre ellos algunas personas de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, comenzaron a hablarles también a los de habla griega, anunciándoles las buenas nuevas acerca del Señor Jesús. Hechos 11:19-20.

Aquí hay un punto muy significativo: un grupo sólo predicaba a los judíos, sabían el mensaje de Jesús, pero no podían romper el hábito de seguir haciendo algo que era incorrecto. Otro grupo diferente cambió de idea y comenzó a predicar a los que hablaban otro idioma, y así se creó la iglesia de Antioquía en donde las barreras de separación comenzaron a derribarse.
Debemos reconocer nuestra realidad, sabemos cual es la verdad y a la vez reconocer que no la estamos viviendo. Aquí van algunas preguntas duras:
¿Cuándo fue la última vez que comiste con alguien que era completamente diferente a ti? ¿Cuándo fue la última vez que invitaste a comer a alguien que piensa totalmente diferente a ti? ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación interesante con alguien que habla diferente a cómo tú hablas? ¿Cuándo fue la última vez que estuviste un buen tiempo con alguien que se viste totalmente diferente a ti?
La mayoría pensamos que Dios nos está llamando a vivir de una manera diferente, pero realmente no lo hacemos. Con razón se ha dicho que la mañana del domingo, cuando se reúnen las iglesias cristianas, es el momento de máxima segregación de los EEUU, y no hablamos solo de raza, sino también de edades y de estado socio económicos. Todos creemos que la iglesia debe ser el primer lugar en donde todos se junten sin ninguna barrera, sin prejuicios, pero la verdad es que no lo estamos practicando.
Tomar un paso más adelante en este asunto …
HAY QUE APRENDER A APRECIAR MÁS A LA FAMILIA QUE A LA COMIDA.

Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Efesios 2:19.
En cada uno de los venues y campuses de Parkcrest, tenemos gente de la familia. No nos vemos muy seguido, pero hay una variedad.
Imagínense que hay reunión familiar y viene la abuelita, y preparamos una pierna de cerdo al horno, porque es el plato preferido de la abuela. Estamos todos listos para comer, pero hay una silla vacía, la de un nieto, lo buscamos y está jugando en un dormitorio uno de esos juegos el Wii, el Xbox, etc. le decimos que venga a la mesa, pero él dice que no, porque no le gusta el cerdo asado. Ahora, como padres le diríamos que tiene que ir a la mesa y sentarse con la familia aunque no le guste la comida, ¿verdad? ¿Por qué? Porque no se trata acerca del guiso que comeremos, se trata acerca de estar con la familia. Quizás mañana comeremos pizza y la abuela odia la pizza, pero estaremos juntos en familia y eso es lo más importante: apreciar la familia más que la comida. Eso ya lo hacemos en la familia. ¿Por qué no lo hacemos en la iglesia? Por que hemos puesto más atención en la comida que en la familia.
A veces me subo al auto de mis hijos y tengo que escuchar la música que ellos escuchan. Tengo que aguantar el ruido que ellos llaman música, pero lo importante para mí, en ese aspecto, no es la música, sino la compañía de viajar sentado en el asiento del pasajero al lado de ellos.
De esa manera perdemos la oportunidad de adorar con gente que es diferente a nosotros, porque nos preocupamos más de la comida que de la familia. No podemos apreciar otros estilos de adoración.
¿Cuál es la imagen que tienes del cielo? ¿Cómo será la adoración en el cielo? Muchos creemos que será de la manera que lo hacemos aquí, con las canciones y el estilo que tenemos aquí los domingos. Pero la descripción de Apocalipsis es diferente…
Después de esto miré, y apareció una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero. Apocalipsis 7:9a.

Cada nación, tribu, pueblos y lenguas. Entonces no se va a hablar castellano en el cielo, todos los grupos se van a unir ante el trono de Dios. Jesús nos enseñó a orar “que se haga tu voluntad aquí en la tierra como se hace allá en el cielo”, de tal manera que si en el cielo hay unidad de naciones, tribus, pueblos y lenguas, aquí abajo tiene que ser igual, unidad con la gente diferente.
Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Efesios 4:1-2.

Hay momentos que las cosas serán tensas y molestas,
When you start dealing with being united with people that is different than you, there’s gonna be struggles, there’s gonna be difficult conversations, misunderstandings, but there are worth it to go, Over the last several months we’ve been working hard at trying to figure out what would it look like to be more united with our Spanish speaking venue, Iglesia Agape. So a group of us have been getting together at a regular basis, having some hard conversations at times. I always try to figure out how to be more unified. If I am going to be honest, I came into these conversations thinking the Spanish church needs to adapt to us, that the English speaking church were bigger, we’ve been here longer, they are the ones who need to be adapting. And through our conversations I’ve been incredibly humbled as people having to put up with me. They are the ones having bee patient with me, waiting for me to get it. They are the ones having to bear with me. I am slowly learning about different cultures, about different Latin cultures, and about how are we doing and how we are received in different ways. It is a slow and arduous process… (Mike Goldsworthy)

'... una iglesia saludablemente multi étnica es un lugar en donde la gente se siente cómoda de sentirse incómoda'.
~ Mark Deymaz, Building a Healthy Multi-Ethnic Church

RECONOCE UNA META COMÚN.

No hay nada que nos pueda unir más que una meta común, una dirección común. Vea usted el Encuentro Matrimonial, nos juntamos parejas de diferente trasfondo, país, costumbres, hobbies, edades diferentes, y trabajamos tan unidos por la meta de bendecir a las parejas, restaurando matrimonios y a la vez familias para Dios.

Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. Gálatas 3:28.
Jesús rompe las barreras de los que se visten diferente, de los que hablan diferente, él nos une a pesar de nuestros trasfondos y costumbres.

Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos. Efesios 4:3-6.
Dios llega a ser la meta única, a quien adorar, somos los seguidores de Jesús y eso nos unifica.
Un bautismo nos muestra que hay una unidad con Cristo, muerte y resurrección y también es la adopción a una nueva familia. Se borra la barrera entre Dios y yo, pero también se borra la barrera entre la familia de Dios y yo.
Seguramente algunos de ustedes han estado siguiendo a Jesús, pero no se han bautizado. Deben hacerlo para romper las barreras.