Thursday, July 16, 2009

16 de julio, cumpleaños de mi hijo.


Cumple 21, ahora es mayor de edad mi hijo Karlo. En este momento se le viene el mundo encima, con su pequeña Rin de cuatro meses en el hospital con un infección a su ojito y esperando que le hagan una pequeña cirugía para abrir el lagrimal tapado. A sus 21 años está listo para llevar a su esposa y a su hija a su nuevo apartamento a fin de mes. Ha sido promovido en su trabajo, está estudiando en el college, está sirviendo al Señor con sus dones de música, está siendo un cristiano comprometido y radical (a veces molesta su franqueza e ideas radicales), pero nos da una alegría profunda verlo así.
Aquí te dedico, hijo, este poema de Tito Fernández, el Temucano, que me lo aprendí de memoria a los 21 años, la edad que cumples hoy:

A MI HIJO

(Autor: Tito Fernández)

Cada vez que me acuerdo de mi hijo

Me da como una punzada

Aquí adentro del pecho

Donde se halla colocada

Tan sensible, tan nombrada

Y tan propensa a la emoción

Esa masa colorada que se llama corazón.

Y cómo no he de sentirla

Si se trata de mi hijo

El que con sus payasadas

Su chicle, su mermelada

Me dejaba pegajosos

El cubrecama y la almohada

Y aunque a veces me propuse reñirle

Siempre fallaba

Pues el pícaro salía con su sonrisa inocente.

Y al verlo así tan sonriente, bueno, lo perdonaba

Cómo olvidar las mañanas en que mamá lo peinaba

Sentado él en una silla la barbilla levantada

Con un gesto de protesta por la lucha que libraban

La mamá y el remolino aquel que casi siempre ganaba.

Y nunca logré explicarme el motivo por el cual

Lo peinaban tanto y tanto si al cabo quedaba igual.

Pero el tiempo fue pasando

Y hoy mi hijo no es el mismo

Ya no me da los problemas, entretenidos de niño.

Ahora es un caballero, se afeita con mi navaja

Ahora maneja mi auto, y se pone mis corbatas.

Se acabó aquel inocente del susto, el llanto, la tos

Ahora él es el que manda, y hasta sabe más que yo

Incluso sin ir más lejos, ya está casado y con hija.

Yo por dentro los bendigo, por fuera me pongo serio

Porque debo confesar que me da un poco de miedo.

Notar en aquellos jóvenes, como se ha pasado el tiempo.

Hoy todo se ve distinto, las ropas, el sillón, la almohada

Si hasta parece que les falta ese poco de mermelada

Y todo está en su sitio, no hay nada en que tropezarse

No hay nadie quien quiebre un vidrio

Ni haga a la mamá enojarse

Y los platos no se rompen

Y el canario no se sale.

¡Como hace falta mi hijo en esta casa tan grande!

(*La foto de arriba, yo, a la izquierda y Karlo a la derecha a la misma edad, 4 años, en el mismo lugar: el patio de la casa de mi bisabuela Carmen Cid).

Wednesday, July 01, 2009

Billy Mays y el pan nuestro de cada día.


Creo que ya he encontrado la introducción para mi quinto sermón en la serie Una nueva manera de rezar el Padre Nuestro, “Danos hoy nuestro pan de cada día”:

En nuestro vuelo de Los Ángeles a San Antonio leí el siguiente artículo de la revista de American Airlines titulado Million Dollar Bill (Bill, en inglés, es billete, pero a la vez es el diminutivo de Guillermo) Billy Mays, el extraordinario gurú de las ventas por televisión ha amasado una fortuna como el rostro de los comerciales de limpiadores hogareños y artículos de cocina. Al final del artículo nos dicen que la última aventura de Billy Mays es la venta de Seguro de Salud. Déjenme citar lo que dice la revista: “Fue un gran salto cruzar de la venta de rebanadores y productos de cocina a ganar la confianza de la gente con su salud… No creo que OxiClean (limpiador de alfombras) haya salvado jamás una vida. Quizás ha sacado de apuros a alguien que tenía una mancha en la alfombra, pero no le ha salvado la vida… Tengo mucho que dar y mucho que hacer todavía con mi vida. Creo que hay una plataforma más grande aún ahora para mi”.

Leí el artículo el viernes. El domingo, en la iglesia, el predicador nos dijo que esa mañana Bill Mays había fallecido. La autopsia mostró un ataque al corazón. Sus arterias estaban en pésimas condiciones. ¡Cuán irónico! Estaba ganando millones en la venta de seguros de salud y murió joven por causa de su mala salud.

“Danos hoy nuestro pan de cada día” es una oración peligrosa de orar en estos tiempos de dieta diaria híper-calórica. Billy Mays es un ejemplo de lo mal que tratamos a nuestros cuerpos, templos del Espíritu Santo. Así que en mi sermón mencionaré cuatro “ingredientes” que arruinan nuestros cuerpos: la comida, el alcohol, las drogas y el fumar (tabaco y marihuana).

Envíenme sus ideas y testimonios.