Saturday, January 12, 2008
12 segundos debajo del agua.
Algún día, con la autorización de Karlo, mi hijo menor de 19 años, voy a publicar la historia de su corta y azarosa vida. Si no me da permiso, entonces será la autografía no autorizada. El año 2006 fue atroz en relación a su vida, sus caídas, rebeldías. El año 2007, la primera semana, tocó fondo hasta llegar a despertar de su pesadilla, de su irrealidad. Siempre he dicho que la vida lejos de Cristo es una mentira, una falsedad. Dios no nos creó para vivir en una mentira. La verdadera existencia es la del ser humano rendido a los pies de Cristo. Lo demás es bruma, oscuridad, falsedad, engaño. Mirar a un hijo vivir así es triste, pero mirarlo por fe a través de los ojos de Cristo mencionándole que ese que está muerto de hambre cuidando chanchos y deseando comer de las algarrobas que le dan a los cerdos, es todavía hijo, todavía digno, todavía capaz de volver a la casa del padre.
Karlo comenzó el año 2007 con los cerdos, y lo terminó con anillo en su mano y calzado en sus pies. Lo terminó en una fiesta donde matamos el becerro más gordo, hubo música y baile, porque este hijo mío que estaba perdido ha sido encontrado, estaba muerto en sus delitos y pecados y hoy vive una vida nueva en Cristo.
Aquí les pongo la foto de su nuevo nacimiento. Junto a Abraham, Martín, Max y Rudy quienes ese día fueron bautizados.
Nuestra costumbre al bautizarles es decirles: Te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo... Te sepulto juntamente con Cristo... Te resucito con él para vida nueva.
Sin embargo uno de los muchachos me pidió que lo mantuviera bajo el agua un poco más de tiempo, por lo cual se me ocurrió que mientras los tuviera debajo del agua recitaría Gálatas 2.20 "con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi..." Exactamente 6 segundos bajo el agua.
Cuando le llegó el turno a mi hijo, no aguanté la tentación de decir el versículo completo que sigue... "y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios el cual me amó y se entregó asi mismo por mi"... En total ¡12 segundos sumergidos! Para que nunca se olvide de lo que es morir y resucitar con Cristo.
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