Finalmente arreglamos la fuga de agua, cuyo arreglo, incluido el aparatito electrónico de detección, el rompimiento del cemento y la reparación, costó más de lo que mi hermano ingeniero en computación en Chile gana en un mes.
Ya comencé el jueves la clase que enseño sobre Historia de la iglesia este semestre. Ya me cambié definitivamente de oficina el viernes. El viernes en la noche fuimos invitado a un lindo restaurante a celebrar el cumpleaños de un joven de la iglesia (Enrique Iglesias había estado ahí a la hora de almuerzo. Lo menciono no más por si las moscas, porque si hay un cantante que creo yo canta mal, es él). El sábado tuvimos el refrescante desayuno que cada sábado tenemos un grupo de 7 hombres de la iglesia y leemos el capítulo de Proverbios que corresponde al día. A las 10 volví a la oficina a una consejería, los aconsejables no llegaron... me quedé estudiando. A las 2 llegué a la casa, comer, ayudar a Nona a limpiar un poco porque a las cinco llegaron 15 parejas a una reunión de Encuentro. A las 9.30 volví a la oficina, a las 12 nos estábamos acostando. (La nueva oficina está a la vuelta de la esquina, ¡Yeah!!)
El domingo ya estaba a las 8 de la mañana en una casa de retiro para acompañar a los Trujillo que estaban ayudando en otro Encuentro Matrimonial del condado de Orange, llegué a las 10 a la Plaza México. Lindo culto, 60 personas. Comimos en la Plaza, unas tostadas, fui a visitar a un matrimonio que tenía una crisis, llegué a la casa en donde mi querido amigo Jesús terminó de poner el cemento en el hueco del closet donde estaba la fuga de agua. Visitamos, de pasado, el cumpleaños de una niña de la iglesia. Fuimos, luego, con otras tres parejas, al término del Ecnuentro en Orange... volvimos a comer algo a la casa de los Rodríguez y terminamos el día, Nona y yo, visitando a una jovencita accidentada, por la cual oramos y ungimos con aceite.
Déjenme contarles la historia de esta quinceañera accidentada: estos amigos de la iglesia fueron a pasear a una parte desértica donde se puede andar en motocross. Ella tuvo un accidente en la moto, llegaron los paramédicos, le diagnosticaron dos quebraduras en la pierna derecha, una en el fémur y la otra en el tobillo, la inmovilizaron, ella perdía el conocimiento, la llevaron en ambulancia a un lugar donde vinieron los bomberos a echar agua para que cuando bajara el helicóptero no levantara tanto polvo, y la llevaron de emergencia a un hospital en Simi Valley, a una hora y media en auto de ahí. La madre llamó a su cuñada, y se pusieron en cadena de oración. En el hospital hicieron todo lo de emergencia entraumas... suero, oxígeno,sondas, etc., le tomaron tres radiografías y escaner y no encontraron ninguna fractura en su cuerpo.
Ahora bien, nosotros le atribuímos eso a Dios que ha respondido la oración de fe; otros dirían que la muchacha fue muy exagerada en manifestar su dolor. Yo me pregunto ¿cómo pudieron unos paramédicos especializados en accidentes graves diagnosticar dos quebraduras en una pierna, marcar el lugar en la piel, entablillar, y además llamar un helicóptero para la emergencia, sin estar medianamente seguros de algún tipo de trauma?
Es grato llegar después de la once de la noche a la casa y acostarse pensando que Dios sigue trabajando en las familias con el fin de extender su reino en sus corazones. Esta familia que ha sido testigo de la respuesta de Dios, aún no han dado el paso de compromiso con el Señor. Le aman, asisten a la iglesia, oran, pero falta ese empuje final. Oro al Señor para que esta prueba de su amor a raíz de la supuesta quebradura les ayude a sellar el pacto de paz con quebrantamiento.
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