Hoy estuve visitando el Centro de Retiro Serra, de los franciscanos, en un cerro que mira la costa de Malibú. En marzo tendremos un retiro de tres días para 6 u 8 personas de CMF: Los Martínez (Oxnard), los Palich y Walls (Indianapolis)y nosotros, los Sotos (Downey). www.serraretreat.com
Conocí el lugar, me dieron la información necesaria y pasé un par de horas recorriéndolo. Me senté a leer en un lugar bellísimo mirando a lo lejos el Pacífico, y alrededor las montañas con millonarias mansiones colgando de ellas. Antes de retirarme de allí caminé por un laberinto de oración. Al ir adentrándose uno va despojándose de todo lo que le impide servir mejor a Dios, perdonando, olvidando, aliviándose. Cuando uno llega al centro se enfrenta con la cruz y permanece un buen tiempo allí, recibiendo de Dios lo que él tenga. Al salir del laberinto uno va alabando y enfocándose a lo que viene, con la ayuda del Señor. Es una interesante forma de espiritualidad.
Al llegar a Los Angeles fui a visitar una pareja en uno de los barrios más deprimentes que he visto por estos lados, con una pobreza alarmante. Es increíble, pero aquí en Estados Unidos existe un submundo de inmigrantes indocumentados que viven peor que en Latinoamérica. Existen Trailer Parks, o vecindarios de casas rodantes, que parecen bonitos por fuera (como los sepulcros), pero por dentro hay miseria, hacinamiento, viven amontonados en pequeñas viviendas de recreación que fueron hechas para ser transportadas en ruedas, y no para ser la vivienda digna de una familia numerosa.
En fin, llegué a la casa con náuseas, triste, tanto por la situación económica de esta familia que fui a ver, como por el desastre familiar que están viviendo.
El laberinto del ministerio a veces nos lleva a estos callejones.
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