En fin, a nosotros no nos interesa tanto el carnaval, más bien centramos nuestro interés en la Cuaresma que es el período en que la iglesia, desde el siglo cuarto, espera el domingo de Resurrección. Es un tiempo de renovación y de penitencia, con la práctica del ayuno y la abstinencia.
Reflexiona un ratito en aquellas cosas que estás haciendo o practicando en exceso y necesitan ser moderadas por el poder del Espíritu Santo. Te invito a corregirlas en este período de renovación.
El miércoles, aquí en Ágape-Anaheim, celebraremos el Miércoles de Cenizas. Reflexionaremos en aquellos 40 días que marcaron las vidas de Moisés, Jesús y Elías. Nosotros, por nuestra parte, también buscaremos tener un encuentro más profundo con nuestro Señor en estas seis semanas que preceden a la Semana Santa.
Nos ayudaremos con el acróstico DOY: Dios primero, Otros segundo, y Yo al final.
En mi caso personal, por ejemplo, en cuánto a mi relación con DIOS: prometeré disciplinar mi vida de lectura diaria de la Biblia y dondequiera que esté, detenerme en lo que esté haciendo justo a las 12 del mediodía, y dedicar algunos minutos a la oración y a la alabanza. En cuanto a OTROS: prometeré dedicar mi atención y cuidado pastoral en forma especial hacia 7 líderes que están bajo mi cuidado. Y finalmente en cuanto a mi persona: Limitar el uso de la navegación en internet a una hora diaria, con excepción de la lectura y contestación de e-mails. Y en cuanto a disciplinas corporales, todavía no estoy seguro si dejar de tomar té durante la Curesma (lo cual es mi debilidad). Quizás prometeré no comer caviar ni langosta, ni beber champaña Don Perignon durante la Cuaresma. No vale, ¿verdad? Bueno, ya se me ocurrirá algo. Acepto sugerencias.
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