Wednesday, December 01, 2010

Celebremos la Navidad con márgenes.


(Sermón de Ben Cachiaras, Nov. 28th, 2010)

Adaptado por Fernando Soto.


(Las ideas de este sermón vienen del libro Margin de Richard Swenson).

Levanten la mano los que están anticipando estrés durante esta Navidad.

Levanten la mano si ese estrés tendrá que ver con familiares.

Levanten la mano si durante estas fiestas ustedes quisieran tener más tiempo para ustedes mismos, para estar en familia, para descansar, para hacer ejercicio.

Algunos están muy cansados para levantar la mano.

Vivimos en una cultura que lo lleva todo al límite. Sobrepasamos los límites, compramos más, nos cansamos más, tenemos más problemas, más decisiones que hacer, nos comprometemos más allá de los límites.

Todo esto no es bíblico y no es necesario.

La mayoría de nosotros no tenemos “márgenes”. Las actividades nos devoran.

Los que publican libros saben que tienen que ponerle márgenes a las páginas, espacios blancos alrededor, de otra manera se vería muy lleno y desordenado. Difícil para leer.

Este mes de diciembre queremos tener una Navidad con márgenes blancos alrededor, en nuestras finanzas, en nuestras relaciones con los familiares, porque ahí, en los márgenes, pasan cosas bonitas.

Margen es la cantidad de lo que está disponible después de nuestros límites, el espacio que nos queda después de haber hecho lo que teníamos que hacer.

Diferencia entre lo que tenemos y necesitamos: si tengo media hora disponible y me tardo 20 minutos para llegar a un lugar, ¿Cuál es mi margen? 10 minutos. Si no considero ese margen y llego justo a la hora o tengo que correr para llegar y me para el policía por exceso de velocidad, me enojo y me estreso.

Si tengo $100 y tengo que pagar $90, ¿Cuál es mi margen? $10.

En cambio si tengo $100 y gasto $150 en la tarjeta de crédito, no tengo margen, al contrario, me pasé los márgenes y comienzan los problemas.

Margen es el espacio que tenemos más allá de los límites o habilidades.

Margen es un descanso en la mitad de los escalones.

Margen es dinero que queda a fin del mes.

Margen es llegar temprano, antes de que comience una reunión.

Margen es la distancia que pones entre tu persona y y la tentación. Lo contrario sería vivir sin margen, vivir al borde de la tentación. El margen te da un buen espacio para no caer en la tentación, en la debilidad.

Margen es la capacidad emocional reservada en ti para enfrentar problemas en la vida, cosas inesperadas, enfermedades, etc. Hay una reserva emocional que te ayuda a sobreponerte.

Margen es el tiempo extra y el dinero extra para poder dar y servir en forma espontánea.

Margen es el tiempo para pensar, meditar, crear, jugar, para vivir libremente, ahondar en oración, reflexionar.

Margen es tener tiempo para disfrutar lo que hemos experimentado, en vez de saltar de inmediato a una nueva actividad.

Sería muy lindo vivir así, pero estamos viviendo en un tiempo sin margen, y la Navidad nos traer preocupaciones, atochamientos en los centros comerciales, exceso de compras para no quedarnos atrás. Se supone que los cristianos somos un grupo de personas que debemos vivir en contra de la cultura consumista. Debemos vivir a un ritmo diferente al del mundo.

La manera más fácil de pensar en el margen es pensar en los límites. Si te subes a un ascensor hay un letrero que indica la capacidad, 1,500 libras. De inmediato empiezas a sacar cuentas... Estás en problemas si la gente no respeta lo que dice el letrero.

Los seres humanos también tenemos un límite, si sobrepasamos ese límite viene el desastre.

Si alguien se sube a mi espalda yo lo puedo sostener. Si dos se suben, ustedes no se sorprenderán porque ya conocen lo fuerte que soy. Incluso tres o cuatro, pero cuando llega el quinto comienzo a flaquear y eventualmente me caeré bajo el peso de ellos. Tengo límites físicos, mis rodillas no aguantarán.

Si esto es verdad en el ámbito físico, también es verdad en el ámbito emocional. Hoy estamos viviendo en una sociedad que nos abruma, estamos en sobrecarga. Estamos viviendo más allá de nuestros límites financieros, emocionales, físicos y espirituales. Los límites son reales.

Alguno dirá “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. ¿Es eso realmente lo que dice el versíulo? ¿Puedes volar, puedes estar despierto por 6 meses?

Nuestra tendencia es ignorar los límites e ir más allá: una cosa más que comprar, un aparato electrónico más, una suscripción más, un manual más para leer, un proyecto más, un vehículo más que reparar, un compromiso más...

Estamos viviendo en una sociedad que según los estudiosos tiene más cosas por persona que en toda la historia de la humanidad.

Para entender nuestros límites pensemos en un un auto automático que tiene una palanca con 4 velocidades.

P- park (estacionar): tiempo de estar quietos para recargar las pilas, soñar, meditar, estudio bíblico profundo.

L- low (marcha baja): relaciones con los amigos y familiares. Cuando leemos una historia a un niño, cuando le hacemos un masaje en la espalda a alguien y nos preocupamos del nudo que tiene en el músculo o en el tendón. Cuando jugamos un juego de cartas, conversando con la familia o los amigos.

D- drive (en marcha): usamos energía y somos productivos, proyectos, creativos, el equipo se junta, trabajamos y llegamos a la casa contentos de haber trabajado.

O- overdrive (en sobre marcha): esta es la marcha que usamos cuando debemos hacer esfuerzos para terminar algo bajo presión, una tarea, un reporte, un trabajo que tiene fecha de término.

Por ejemplo tú estás en overdrive cuando vienes a la iglesia el domingo, preparando desayuno, vistiendo a los niños, buscando la Biblia, acelerando para llegar a la hora, buscando el estacionamiento más cerca a la puerta, correr a dejar los niños en la guardería.

En un auto normal, el motor no está diseñado para andar siempre en overdrive. El auto tiene que ponerse en Parking para que pueda descansar, de lo contrario se va a descomponer. Hay que detenerlo para ponerle combustible y aceite. Lo mismo pasa con nosotros los seres humanos.

¿Está pensando en usted mismo ahora? ¿Qué es lo que está haciendo mal en su vida ahora?

Es irónico. Yo tengo la tendencia a vivir en overdrive. Y muchos a mi alrededor están viviendo de la misma manera, emocionalmente. Yo he visto en mi propia experiencia, y en lo que les ha pasado a algunos de ustedes, que uno paga un precio por eso. Ansiedad, apartarse de los demás, fatiga, problemas físicos, pensamientos negativos, enojo, apatía, hostilidad, tratamos mal a los demás, criticamos, irritables, depresivos. Muchos de ustedes saben que en Navidad los síntomas se acentúan: su presión alta, el nivel de azúcar, las úlceras estomacales, el colon irritable, la migraña, la pérdida de peso, el subir de peso, la fatiga, el insomnio, el crujir de los dientes. Algunos se ponen mandones, demandantes, enojones, experimentan cambios en el sueño, en el comer o en el deseo sexual. Conducen enojados, tienen conductas compulsivas, compran excesivamente, caen en los juegos de azar, toman en exceso, usan drogas, tranquilizantes, cigarros, están exhaustos, ya no quieren participar, no quieren estar solos, no quieren salir, no quieren acostarse, ya no les importa nada, se quedan horas viendo tv o en la computadora. Rompen el esquema de la familia y del trabajo. Se nos ha ido la paz interior, algo se nos quebró por dentro y no sabemos lo que es. Lo único que sabemos es que no tenemos un lugar en donde descansar, no tenemos pastos verdes en donde reposar, no tenemos márgenes alrededor nuestro.

Lo que nos hace tremenda falta son los márgenes alrededor nuestro que nos ayuden a descansar, a crecer, a tener paz, sanidad financiera, márgenes que nos aparten de la sociedad egoísta y financiera.

Veamos la historia de Marta y de María: Una hermana pensaba que no necesitaba márgenes y los eliminó. La otra tenía márgenes.


Lucas capítulo 10.38 Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.39 Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía.

Marta quiso recibir de visita al Señor, abrió la casa, se puso a trabajar para tener todo listo. Mientras María se sentó a los pies de Jesús a escucharlo. Una tenía márgenes y la otra no. Una pensó que lo mejor era hacer algo, y la otra pensó que lo mejor era “estar ahí”.


40 Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer.

Las dos tenían las mismas oportunidades. El hijo de Dios estaba presente allí, solamente María creó el momento para escuchar a Jesús. Las dos tenían una lista larga de las cosas que tenían que hacer, pero en este caso Marta estaba abrumada. No eran cosas malas, eran buenas cosas las que estaba haciendo, son las mismas cosas que tú harías si Jesús viniera a tu casa esta tarde. Ella está arreglando la sala, poniendo las revistas en orden, asegurándose que el papel del baño combine con la cortina de la tina, prendiendo una velas y asegurándose que la mecha no esté quemada, y esta es la manera que la mayoría de nosotros terminamos comportándonos cuando no tenemos márgenes. Estamos haciendo buenas cosas, pero no tenemos márgenes. Estamos distraídos, abrumados.

Si Satanás no nos puede hacer muy malos, él tratará de hacernos muy ocupados.

Es posible que tú estés pensando en algo en lo cual estás poniendo mucho esfuerzo, tiempo, dinero, dedicación, y lo has puesto muy alto en tus prioridades, y ahora te estás dando cuenta de que no era cómo debería ser. Satanás te puede hacer una persona muy ocupada, pero muy abrumada.

Cuando estamos ocupados en la casa en la computadora, o en algún proyecto y viene un hijo y nos dice “siento mucho interrumpirte, papá...” debemos pensar, “un momentito, él no me está interrumpiendo, lo que me está interrumpiendo de él es esta actividad”. Lo más importante no es mi trabajo, es mi familia.

Lo que Jesús le está tratando de decir a Marta es “yo sé que tú piensas que estás haciendo lo correcto, pero estás pasando por alto lo que es más necesario. Y aquí está la clave: los márgenes.


Así que se acercó a él y le dijo:

—Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!


Marta está totalmente convencida de que ella está en lo correcto, y acusa a su hermana pensando que Jesús le va a encontrar la razón y le va a decir a María: sí, en realidad tu hermana tiene razón, levántate floja, aprovechadora, y ponte a ayudar a tu hermana.

Marta piensa que Jesús va a estar de su lado. Marta, como tú y yo, piensa que es necesario vivir una vida sin márgenes. Tú piensas que Dios bendice una vida sin márgenes, ocupada al máximo e incluso piensas que Dios va a castigar a aquellos que no lo hacen como tú lo haces.

Jesús dijo que hay un camino angosto y uno ancho. El ancho nos lleva a la perdición y el angosto a la vida eterna. María ha escogido el camino angosto.

Escoge el camino angosto en esta Navidad. No te vayas por el camino ancho comprando una y otra cosa y terminando al final con una deuda. Piensa que hay regalos más valiosos que dar. No pienses en regalar la cafetera que cuesta $60, esa que muele el grano de café ahí mismo y te prepara el café. Tú dirás qué tiene de malo. Lo que tiene de malo es que nuestra sociedad consumista te ha convencido de que cada año tienes que comprar un nuevo juguete más moderno que el del año anterior. Eso es lo malo.

Por eso es que Romanos 12 dice que no nos conformemos a este mundo, sino que nos transformemos por la renovación de nuestro entendimiento.

El propósito de este sermón es que entendamos que debemos radicalmente cambiar nuestro estilo de vida, y no actuar como el mundo. Tiene que haber una diferencia, tiene que notarse esa diferencia. Debemos celebrar una Navidad diferente este año, con las cosas que son realmente importantes.


41 —Marta, Marta —le contestó Jesús—...


Cuando nos dicen el nombre dos veces es que estamos en problemas, ¿Verdad? Juan Juan, Carmen Carmen, Fernando Fernando, Manuel Manuel, Isabel Isabel...


...estás inquieta y preocupada por muchas cosas,42 pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.


Todos tenemos opciones. Marta podría decir: es que no tengo otra opción. Mentira, ella tiene opciones, ella tiene que elegir, ella ha elegido no tener márgenes.

Todos tenemos opciones. Algunos dirán: tú no conoces a mi jefe, a mi esposa, a mis hijos, tú no sabes cuántas responsabilidades tengo. Mi amigo, mi amiga, usted tiene las mismas opciones que todos tenemos. Marta tenía las mismas opciones que María. Tú y yo también.

El Señor no va a aprobar nuestras elecciones si ellas nos llevan a vivir una vida sin margen.

¿Por qué elegimos una vida sin márgenes? ¿Por qué compramos o rentamos una casa que no podremos pagar? ¿Por qué gastamos hasta el último centavo en objetos que llenan nuestras casas? ¿Por qué no ajustamos nuestros horarios para pasar más tiempo con la familia o más tiempo en un grupo pequeño de la iglesia, o en un estudio bíblico durante la semana?

Me temo que la respuesta es porque no confiamos lo suficiente en Dios. No confiamos plenamente que él está sentado en su trono y que le debemos entregar toda nuestra vida a él.

El estilo de vida sin márgenes es idolatría, es vivir como el Creador, como que si no tuviera límites.

Vamos a tener que decir No, mil veces. A veces nos enorgullecemos de haber dicho no 80 veces. El problema es que tengo tiempo para 10 cosas solamente, pero ahora tengo 20 cosas que hacer y tengo tiempo solamente para hacer 10. No recibimos crédito por decir que no 80 veces si teníamos que decirlo 90 veces. Debemos aprender a decir, de una manera muy lenta: “lo siento mucho, pero esta vez no lo puedo hacer”... Y quedas libre.

Dios no nos está llamando a ser flojos, no pueden decir que el pastor les dijo que tenían que tener márgenes en sus vidas, así es que ya no van a ayudar en la iglesia. No estamos hablando de eso. Estamos diciendo que los límites son parte del plan de Dios para nosotros. En el plan de Dios no está que hagamos su trabajo y nos quedemos cansados y enojados. El problema es que en la iglesia hay pocos voluntarios y los que sirven se cansan porque los demás tienen vidas “muy ocupadas”, vidas sin márgenes.

Esta iglesia tiene que crecer y lo debemos hacer respetando los márgenes que Dios pone en nuestras vidas, pero debemos ir rápido porque nuestra misión es urgente.

Si vivimos vidas con márgenes tendremos la energía y el tiempo suficiente para trabajar en su iglesia.

Cristo no descansaba porque se cansaba, sino porque el descanso y los límites son parte esencial de cómo él nos creó.

Encuentre su descanso. Cuando ya no tenemos energías el enfoque se va hacia adentro porque no tenemos energía para servir a otros.

Inventamos la luz eléctrica que nos permite seguir trabajando después de la puesta del sol y ver televisión hasta altas horas de la noche, y levantarnos cansados.

El presidente Bush nunca sabía los chistes que decían de él en los shows de medianoche porque él se acostaba a las 10pm, y se levantaba a las 5am. Me pregunto, ¿Qué hacemos despiertos ahora en invierno 7 u 8 horas después de la puesta del sol? Sin duda que estamos muy ocupados, sin márgenes.

En este tiempo de Navidad les invito a poner márgenes. Esforcémonos por la simpleza, esforcémonos por escoger el camino angosto, esforcémonos por ser sabios al comprar los regalos y no dejarnos llevar por esta sociedad de consumo.

Escuchemos más música familiar juntos. Juguemos juegos de mesa y apaguemos la tele. Y cuando veamos la tele, apaguemos el sonido de todos los comerciales durante la Navidad. Eso sería una rebelión conspiratoria magnífica en contra de la sociedad de consumo. Compre menos, vacíe su casa de tanta chuchería y cachureos. ¿Quiere usted vivir como rey o vivir como el rey Jesús? Y escuche esa linda voz que le dice “Venid a mi todos los cansados y trabajados, que yo les haré descansar”. Madres solas, hombres de negocios, todos los trabajadores.

Cuando nació Jesús en Belén el ángel le dijo a los pastores: he aquí les traigo noticias de gran gozo: ha nacido el Salvador, Cristo Jesús... Gloria a Dios en las alturas y en la tierra.... PAZ.

Mi oración es que tengas esa PAZ.