Nuestro amigo Patrick.
Patrick Nasong'o es un muchacho de Kenia, debe tener unos 25 años. Lo conoció Juvenal Anguiano en las oficinas donde trabaja. Cuando supo que era de Kenia, Juvenal lo invitó a la iglesia para que conociera a la hija del pastor (mi hija) que había estado de misiones en Kenia.
Patrick es un estudiante de seminario en la ciudad de El Monte, aquí en L.A. Llegó acá hace un año a estudiar una maestría, pues ya tiene un bachillerato en teología y tiene buen conocimiento de griego y hebreo, además, le gusta mucho leer a John Stott. Su compañero chino-argentino le está enseñando español.
Dice Dave Radford, pastor de misiones de Parkcrest, que Ágape es la única iglesia hispana que él conoce que tiene un miembro africano. Y es que Patrick se enamoró de los hispanos y todos los domingos viene al culto y siempre uno de nuestros jóvenes le traduce el sermón.
Una vez al mes toma el tren desde El Monte a Simi Valley a encontrarse con una cristiana que lo invita a hablarle a un grupo de niños del barrio. Juntan 30 niños un martes al mes que aman de todo corazón a Patrick, y lo esperan para que él les hable de Cristo y les cuente de África. Yvonne, nuestra maestra de niños, le entrega material para que lo lleve a Simi Valley.
Este verano Patrick fue a su casa y Ágape oró por él, lo bendijo y le dimos ofrendas. Ahora que volvió me fui a comer con él para escuchar de cómo le había ido. Me contó que compró un terreno lejos de su casa, a 300 millas, y trasladó a su familia para fundar allí una iglesia. Habló con su amigo Davis Keya, graduado del mismo seminario de Nairobi, y lo dejó de pastor. Le construyó una casa nueva de tres cuartos a su familia. Su mamá no está muy contenta con el piso de cemento, ella prefiere el típico piso de su tribu Luiya: estiércol de vaca diluido en agua y aplicado al piso como cera, el cual queda muy liso. Me dice Patrick que una buena esposa en su tribu debe ser muy trabajadora, debe saber trabajar el estiércol de vaca y ser muy hospitalaria. Si en los tres primeros meses de matrimonio la mujer no demuestra esas aptitudes, entonces se deshace el vínculo.
Patrick registró la misión en los registros del gobierno y para enero planea comenzar un pre-escolar. Ya tiene 100 niños inscritos y necesita contratar a dos profesores con un sueldo de $ 100 por mes.
En estas dos horas que estuve con él aprendí muchas cosas, como por ejemplo que fue pastor de un grupo Massai, una tribu diferente a la de él. Estos Massai, dice él, son muy hospitalarios y generosos, pero a la vez son muy valientes y se pueden matar entre ellos mismos en alguna pelea. Los Luya no pueden matar leones, los massai sí. De hecho, me contaba Patrick, que cuando un massai va caminando cerca de un león, éstos los conocen y se apartan, seguramente porque son muy valientes y tienen un olor especial. En cambio, a los de otras tribus, los leones les faltan el respeto y se los comen.
Patrick fue católico un tiempo. Cuando el sacerdote le vio un futuro al servicio de la iglesia lo invito a estudiar para cura, Patrick le pidió permiso a su padre para irse al seminario, sin embargo, su padre le dijo ¿has conocido a alguien de nuestra tribu que nunca se haya casado y tenido hijos?, tú serías el primero y yo te rechazaría y te deshonraría. Bueno, a Patrick no le quedó más que hacerse cristiano y estudiar para el ministerio.
Me decía él que la gente en su pueblo lo admira mucho, porque alguien que puede llegar a los Estados Unidos es una persona que ha nacido con una "estrella especial", con mucha suerte, o mejor dicho, entre los cristianos, muy bendecido.
Su corazón y su mente están puestos en África y quiere ser usado por el Señor plantando iglesias allá. Mientras tanto está preparándose en el seminario, disfrutando a sus hermanos hispanos aquí en Ágape (se siente como en casa) y pidiéndonos oración por su examen práctico de manejo para sacar su licencia de conducir; ya es tercera vez que lo rechazan. Si a él le gustaría matar un león, muy bien podría, con la ayuda de Dios, domesticar un auto japonés.
""""""""""""""""""""""""""""""
Patrick me escribió hace un par de días:
fue un día de bendición para mi especialmente por haber tenido el privilegio de juntarme con usted. Fue una conversación fructifera. Una vez más, gracias por la cálida bienvenida y el sacrificio que hizo por mí ese día. Estoy muy contento y orgulloso de tenerlo como mi pastor y mentor espiritual. Mi amistad con ustedes ha resultdo en grandes puertas de oportunidades, y me gozo que sus miembros me amen y que se alegren de hablar conmigo.
Que tenga una agradable tarde y saludos a su familia.
Con amor.
P.S. El lunes me llamó contándome que después de otros dos intentos de conseguir su licencia, (una vez falló porque hizo un viraje indebido y la última por pasarse una luz roja, aunque él dice que estaba en amarilla) finalmente la consiguió. Creo que el inspector que le tomó el examen práctico era ciego, sordo y mudo.... (just kidding!)
