Hace un mes que Nona y yo estuvimos de visita en México. En mi caso hace como 10 años que no visitaba San Luis Potosí, ciudad donde ministra mi amigo Arturo Delgado en el Centro Familiar Cristiano Ágape. Esta congregación la comenzó Arturo con una misionera hace unos 20 años y hoy es una comunidad ejemplar (aunque no dudo que tiene los problemas típicos de cada iglesia). Estuve hablando un viernes a las personas que están en grupos de discipulados (150 más o menos), el sábado prediqué a los líderes de la iglesia junto a los líderes de las iglesias filiales a Ágape (unos 200) y el domingo prediqué en el culto (unos 500). Para mí siempre es buenísimo estar con Arturo y Paty. Creo yo que él es uno de los amigos que más se parece a mí, tenemos "casi" la misma visión, el mismo sentido del humor, el mismo amor por la iglesia, por la lectura, etc. Siempre procuramos vernos, como cuando vivíamos en Chile él nos fue a visitar y cuando veníamos a EEUU él venía a Texas o nosotros íbamos a San Luis. Ellos nos han visitado en Virginia y aquí en California. La última vez que vino grabé algunos chistes nuevos que me contó porque gran parte del tiempo la pasamos recordando nuestros años de estudiantes, a nuestros amigos comunes y poniéndonos al día con los chistes.
Después de estar unos lindos días con ellos nos fuimos a Guadalajara por tres días. Allí estuvimos con los padres de Judith, una buena amiga de la iglesia aquí en L.A. Su padre es caricaturista del diario El Informador de Guadalajara. Es un hombre que me recuerda mucho a mi papá: canoso, caballeroso, reservado y con un pequeño problema de comunicación debido a un derrame cerebral antiguo. Don Rodolfo Caloca tiene su estudio en un altillo de su casa. Allí pasé momentos agradables conversando de arte, de política, de la iglesia, de música. Cada vez que subía a hablar con él me regalaba un libro, un DVD, una caricatura, etc. Su esposa y él nos hicieron sentir de maravilla. Ellos son fieles cristianos que han sufrido mucho, pero se mantienen optimistas y con fe.
Hace años que no visitaba el centro de México y me di cuenta que realmente al país le ha ido bien. Se nota en la infraestructura vial, con pasos sobre nivel (puentes le llaman ellos), buenas carreteras, construcciones de casas muy bonitas, industrias y demás. El tratado de libre comercio con EEUU sí ha sido bueno, en mi opinión. Se nota en las iglesias que la gente está mejor económicamente. Todos ya pueden comprar su auto y darse algunos gustos.
Volvimos a Los Angeles justo después del paro del 1 de mayo, y aquí estamos, dándole duro por el reino.